Este ha sido un año desafiante para la industria de las microfinanzas.
Anteriormente habíamos enfrentado dificultades: desastres naturales que destruyeron los negocios de los clientes en Bangladesh y Filipinas, el recalentamiento de los mercados en Marruecos y Bosnia y la represión de los gobiernos contra las instituciones de microfinanzas (IMF) en Nicaragua o contra los clientes de las entidades microfinancieras en Zimbabue.